
Solo 2 personas han devuelto el dinero de los auxilios económicos del Ifarhu
Durante su intervención ante la Asamblea Nacional, el director del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (IFARHU), Gabriel Cajiga, reveló un dato que ha generado indignación y preocupación: solo dos personas han devuelto los fondos recibidos como auxilios económicos. Esta cifra resulta alarmante, considerando que miles de beneficiarios han accedido a estos recursos durante los últimos años, muchos de ellos sin que se sepa públicamente bajo qué criterios fueron seleccionados.
El dato pone sobre la mesa serias fallas en los mecanismos de fiscalización y seguimiento dentro del IFARHU. Si bien el propósito de los auxilios económicos es apoyar la formación académica de jóvenes con méritos o necesidades, la falta de reglas claras, transparencia en los procesos, y ausencia de compromisos contractuales sólidos ha permitido que muchos beneficiarios no se sientan obligados a devolver el dinero, incluso cuando el apoyo estaba condicionado a ello.
Además, no existe una estrategia legal robusta para exigir la devolución de estos fondos, ni sanciones visibles que promuevan la responsabilidad o la ética en el uso de los recursos del Estado. En un país donde la desigualdad y la desconfianza en las instituciones son temas sensibles, este tipo de prácticas alimenta aún más el malestar social.
El caso también refleja un posible uso clientelista o político de estos auxilios, pues en ocasiones se ha señalado que beneficiarios han sido seleccionados por vínculos con figuras públicas o grupos de poder, más que por necesidad o mérito académico. Esto agrava el problema, ya que convierte un programa diseñado para promover oportunidades educativas en un instrumento de favores o privilegios.