Historia detrás del show de medio tiempo del Super Bowl

La presentación de Kendrick Lamar en el show de medio tiempo del Super Bowl LIX, el 9 de febrero de 2025, fue considerada histórica e impactante. Por primera vez, un artista de hip-hop en solitario encabezó este espectáculo, logrando capturar la atención mundial con una actuación cargada de simbolismos y fuertes mensajes sociales. Desde el inicio, quedó claro que no sería un show convencional, sino una presentación destinada a dejar huella.

El espectáculo abrió con la aparición del actor Samuel L. Jackson, quien interpretó a Tío Sam, un símbolo del sistema político estadounidense. Este detalle fue solo el inicio de una puesta en escena que buscó hacer reflexionar al público. Durante la interpretación del tema “HUMBLE”, los bailarines formaron en el escenario una bandera estadounidense dividida, representando la polarización y las tensiones raciales en el país. Además, Lamar hizo referencia a la histórica promesa incumplida de «40 acres y una mula» a los esclavos liberados tras la Guerra Civil, subrayando las injusticias que persisten hasta hoy.

Uno de los momentos más comentados fue su interpretación de la canción “Not Like Us”, ampliamente vista como una indirecta hacia el rapero Drake, con quien Lamar mantiene una conocida rivalidad. Este gesto avivó aún más el conflicto entre ambos, provocando que Drake respondiera posteriormente con el tema “Gimme a Hug”. La tensión entre las dos figuras del rap se convirtió en uno de los temas más discutidos en redes sociales tras el evento.

La presentación contó también con la participación de invitados especiales como la cantante SZA y la tenista Serena Williams, quienes aportaron aún más energía y relevancia al espectáculo. Al finalizar, Lamar dejó el contundente mensaje “Game Over” proyectado en las pantallas, reforzando su crítica hacia los problemas sociales y la falta de cambios reales en la sociedad estadounidense.

El show fue un éxito rotundo y se convirtió en la presentación de medio tiempo más vista en la historia del Super Bowl, alcanzando los 133.5 millones de espectadores entre televisión y plataformas de streaming. La actuación de Kendrick Lamar no solo fue celebrada por su calidad artística, sino también por su valentía al abordar temas sensibles frente a una audiencia global.